El mentalizador
nos cuenta
Carlos Gabriel Helguero, Ph. D.
Profesor Titular de ESPOL e Investigador
Zule es un proyecto de investigación que fue ideado alrededor del 2014, cuando realizaba mis estudios doctorales para desarrollar aplicaciones de la manufactura aditiva (impresión 3D) en el área de la salud. Desarrollamos soluciones como biomodelos para planificación quirúrgica, guías para resección de tumores, impresión 3D para exploración de bebés en estado de gestación, férulas para inmovilización, entre otros. Aún, cuando todos estos proyectos tenían mucho potencial y me llenaban de orgullo y satisfacción, había algo en mi historia que me inspiró a desarrollar una solución, en esta misma temática, pero relacionada con el cáncer.
Tengo una larga y estrecha historia familiar que gira alrededor de esta enfermedad que se llevó a muchos de mis seres queridos. Por causa del cáncer, fallecieron mi abuela materna; mi tío y mi papá, hace apenas 5 meses; y mi madre tuvo cáncer de seno hace más de 20 años y, actualmente, se encuentra en remisión.
Retomando la época del 2014, en una noche de estudio, empecé a investigar cuáles eran los tipos de cáncer de mayor incidencia a nivel global. El cáncer de seno es uno de los que cobra la mayor cantidad de víctimas y, en muchos casos, las pacientes deben ser sometidas a una operación de resección de alguno de sus senos (o ambos).
Recordé que mi madre pasó por algo similar y comencé a buscar cuáles eran las problemáticas que estas pacientes debían sobrellevar. La prótesis y su incomodidad era uno de estos problemas.
La manufactura aditiva es un proceso de creación en el cual la complejidad no es una restricción, pues permite fabricar objetos de alta complejidad. Valiéndome de sistemas de adquisición de datos avanzados como el escaneo 3D, empecé a delinear un proyecto de investigación que ofrezca una alternativa de prótesis mamarias que sea cómoda, personalizada, y que tome en cuenta la forma anatómica de la paciente incluyendo su cicatriz. La idea era que, al verse al espejo, la paciente sienta la alegría de sentirse cómoda con su cuerpo. En el año 2020, luego de haber generado unos objetivos claros para mi investigación, decidí empezarla a través de un proyecto de materia integradora. Esto nos permitió, a mi equipo y a mí, darnos cuenta de cómo debíamos desarrollar esta prótesis y generar los primeros prototipos virtuales. En ese año decidí bautizar al proyecto con el nombre de la más valiente guerrera que he conocido: mi mamá Zulema. Decidí ir más allá, que el proyecto debía llamarse Zule, porque así le decía de cariño mi papá.
Actualmente, Zule es un proyecto en el que trabajan cerca de 10 estudiantes, 3 doctores y varios ingenieros de investigación. Tenemos varios prototipos y nos encontramos iterando nuestro diseño para obtener el mejor resultado. Nos encontramos en la búsqueda de voluntarias sanas (no mastectomizadas) que deseen participar del proyecto, y empresas que estén interesadas en auspiciar Zule para que se convierta en un proyecto de vinculación que nos permita entregar prótesis de forma gratuita a mujeres con escasos recursos.